miércoles, 7 de mayo de 2008

[La ciudad de la morfina]

En mis oraciones sueño sola un discurso silencioso a un oìdo sordo. Demasiado jòvenes para morir; demasiado ricos para preocuparnos. Y no sabemos ni dònde descansaran nuestros huesos; en la basura supongo…olvidados y absorbidos bajo tierra. La ciudad de la morfina; de las anfetaminas. Flores frescas; descuentos en el dentista y pegamentos de Hong Kong. Dejaremos qe el mundo gire a otro lugar. La marea reflejarà el cielo y sabràs como estamos y las pesadillas seguiràn paseandose como salmos negros de diciembre…Los cielos azules y tristes nos hacen llorar; este mundo cabròn es un vampiro enviado a drenar; pero a la vez tan valioso como un deseo concedido. Son mentiras; todos los àngeles que he conocido tiene aureolas y alas sujetadas con stick-fix. No conozco mètodos para sobrepasar crisis que no pasen por el infierno; èsta no es mi oda al mundo actual; sino al inmundo actual porque hace rato ya no se pide ni pan; ni techo; ni abrigo; sòlo un poco de aire.

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