jueves, 15 de septiembre de 2011


Le sacó el reproductor a su hermana y tenía una mierda de canción de Chris Cornell, obligado a escucharla porque él no tenía reproductor. Con las manos en los bolsillos, con los bolsillos con llaves y una cajetilla de phillip morris, estaba buscando un teléfono público.
Ella estaba en su casa, con la luz apagada y fumándose un lucky strike click, con inciensos sicodélicos de violetas y escuchando a jimmo... sólo faltaba que se colara un dinosaurio azul por la ventana.
Él seguía escuchando, hacía un frío de la puta madre, y eso que recién era mayo, pero tenía que encontrar un teléfono público rojo, que logró conseguir las monedas cambiando las de 10 sueltas que habían por su casa.
Ella sacó una lata de cerveza agria, ahora escuchaba Placebo, y prefirió no comer, se sentía su propia musa, le encantaba estar sola...
Él llegó a una plaza, vio a los cabros, pero los esquivó, tenía un vacío en el estómago, y un ataque nervioso escalofrioso bajando por la médula espinal, nunca la había llamado...
Ella se puso una blusa blanca larga, y salió sin zapatos a una plaza, con la cerveza y los lucky, el incienso no, no... el incienso no. Y se fue con un cuaderno a escribir.
Él se percató que el teléfono era como todos los teléfonos, un estafador, le había tragado 100 pesos, ahora sólo le quedaba una moneda, así que buscó otro, sin antes echar 7 putiadas de impotencia.
Ella escuchaba a The Cure, se sentía feliz por el frío que hacía y soportarlo dignamente, y sentir que tenía el poder de salir sola a una plaza tan tarse, con cigarros, cerveza y con tanto frío, sin pensar en que alguien pudiera mirarla con pena, ¿por qué?, se sentía con el corazón bien puesto.
Él vio otro teléfono, lo scanneo con desconfianza, y Chris Cornell daba un grito homosexual por los audífonos que no quedaba bien con los riff de la guitarra.
Ella, él, ella.... él.
La moneda caía por el conducto del teléfono...
Ella revisaba su celular...
Él digitaba los 9 números...
Ella escribía'tortuga con una manzana en la cabeza, con un durazno en el corazón...'
Él aspiraba aire para llenar sus pulmones y tratar de no desmayarse
Ella tomó el celular, el ringtone de Stereophonics sonaba...
Él sintió que el auricular se le caía con el sudor de las manos
Ella tomaba un sorbo de cerveza antes de contestar y una fumada más...
A él le contestaba un señor, número equivocado.
Ella se fue a encontrar con una amiga que la había llamado, estaba feliz, con su camisa al viento otoñal, con la lata y el cigarro en una mano, y el cuaderno bajo el otro brazo.
Él rompió el teléfono de la plaza y en vez de vender un phillip morris, se lo fumó en 3 minutos... COSAS QUE PASAN...